Esta noche, el municipio de La Guancha se llenó de ilusión y sonrisas en una de las tradiciones más hermosas del año: la llegada de los Reyes Magos. Junto a mis dos inseparables compañeros de viaje, encarnamos la esperanza y la alegría de miles de niños y niñas que esperaban con emoción nuestra llegada. La calidez de las familias, las miradas de admiración y las risas de los más pequeños nos recordaron por qué esta noche es tan especial.
Cada gesto, cada palabra y cada momento regalado tenían un propósito claro: sembrar un poquito de magia en los corazones. Desde lo alto de la carroza, la majestuosidad del momento se sentía aún más intensa al ver cómo todo un pueblo se unía para celebrar la bondad y la ilusión. Un verdadero honor formar parte de esta experiencia inolvidable que nos deja, año tras año, con la certeza de que la magia de los Reyes no solo vive en los más pequeños, sino también en todos aquellos que creen en los pequeños milagros de la vida.